Dolor de rodilla: por qué la flexión puede ser incómoda
A medida que avanzamos por la vida, nuestro cuerpo nos recuerda a menudo su presencia, sobre todo cuando aparecen molestias. Una zona que suele suscitar preocupación es la articulación de la rodilla.
Muchos de nosotros experimentamos dolor o molestias al flexionar las rodillas, ya sea al agacharnos para recoger algo o simplemente al subir escaleras. Profundicemos en los entresijos del dolor de rodilla durante la flexión y exploremos por qué se produce.
- Artrosis: Una de las principales causas de dolor de rodilla durante la flexión es la artrosis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Imagínese el cartílago de la rodilla como un cojín entre los huesos que evita la fricción y absorbe los impactos. Con el tiempo, este cojín se desgasta, provocando contacto hueso con hueso, inflamación y dolor, especialmente durante los movimientos de flexión.
- Roturas de menisco: El menisco, un cartílago gomoso que actúa como amortiguador en la rodilla, puede desgarrarse debido a giros bruscos o a la degeneración relacionada con el envejecimiento. Un menisco roto puede causar dolor durante la flexión, ya que el tejido dañado impide un movimiento suave.
- Síndrome de dolor patelofemoral (SDPF): El SDPF, comúnmente conocido como rodilla de corredor, se produce cuando la rótula no se mueve correctamente, provocando fricción e irritación. Las actividades que requieren una flexión repetitiva de la rodilla, como subir escaleras o ponerse en cuclillas, pueden exacerbar el SDPF y provocar molestias durante la flexión.
- Bursitis: La rodilla contiene unos sacos llenos de líquido llamados bursas, que reducen la fricción entre los tejidos. Cuando estas bursas se inflaman, una afección conocida como bursitis, doblar la rodilla puede resultar doloroso debido al aumento de la presión y la irritación.
- Mantener un peso saludable: El exceso de peso supone una carga adicional para las rodillas, lo que agrava el dolor y acelera la degeneración articular. Mantener un peso saludable mediante una dieta equilibrada y ejercicio regular puede aliviar la tensión en las rodillas y reducir las molestias durante la flexión.
- Fortalecer los músculos: Fortalecer los músculos que rodean la articulación de la rodilla, sobre todo los cuádriceps y los isquiotibiales, proporciona mayor sujeción y estabilidad. Incorpora ejercicios como sentadillas, estocadas y flexiones de piernas a tu rutina de ejercicios para mejorar la fuerza muscular y reducir la tensión durante los movimientos de flexión.
- Practica una postura y una mecánica adecuadas: Presta atención a la mecánica de tu cuerpo durante las actividades diarias. Al agacharte o levantar peso, adopta una postura y una técnica adecuadas para minimizar la tensión en las rodillas. Evita los movimientos bruscos y escucha las señales de tu cuerpo para no agravar el dolor de rodilla existente.
- Busque orientación profesional: Si el dolor de rodilla persiste o afecta significativamente a su vida diaria, busque asesoramiento médico profesional. Un profesional sanitario, como un cirujano ortopédico o un fisioterapeuta, puede evaluar tu dolencia, recomendarte un tratamiento a medida y ayudarte a recuperar la movilidad y la comodidad.
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